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viernes, 2 de octubre de 2020

Niñez , adolescencia y música

Desde que somos pequeños nuestra primera forma de relacionarnos con el mundo es a través de los sentidos,  antes de poder razonar, somos capaces de entender la musicalidad inherente a nuestro alrededor, por lo cual los niños desde la temprana infancia están relacionados con todo lo que les transmitimos.

En la niñez el aprender canciones es la base de la adquisición del lenguaje, pues se adquiere el conocimiento de palabras a través de la repetición y posteriormente a través de este la capacidad de leer y escribir. La música entrega herramientas a los niños a través de las cuales pueden desarrollar mejor su comunicación, socialización, movimiento y creatividad, además les permite promover el aprendizaje, fortaleciendo mediante la estimulación sus aptitudes para establecer relaciones fuertes y sanas con otros. Motrizmente un compás rítmico les permite afinar sus habilidades y ayuda a tener una mejor coordinación.

Los adolescentes están constantemente bajo las influencias de los medios de comunicación, invirtiendo gran parte de su tiempo en estos, basando y modificando su personalidad en base a la imitación de ídolos o artistas musicales, notándose en elementos como la forma de vestir, hablar, gustos y posesión de objetos materiales,  cambiando la prioridad de valores a épocas anteriores, importando ahora más el estatus, competencia, ocio y poder económico. Los juicios son adquiridos y culturales, por lo cual es importante que sean acompañados y notificados con una postura crítica del material musical que consumen, pues es normalmente a través de estos y cosas que les gustan que van determinando el concepto del bien, mal, honor, moral, etc. 

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